La arquitectura de Burdeos es una magnífica celebración de la historia europea, a menudo denominada «Pequeño París». Las elegantes fachadas de los edificios bordeleses, con sus balcones de hierro forjado y sus puertas monumentales, son testimonio de la prosperidad de la ciudad en el siglo XVIII. En el corazón de Burdeos, la Place de la Bourse encarna la esencia de la arquitectura clásica con su perfecta simetría y apertura al río, ofreciendo un cautivador espectáculo visual con el Miroir d’eau, la mayor masa de agua reflectante del mundo. El Gran Teatro, otra de las joyas de la ciudad, es un deslumbrante ejemplo de arte neoclásico, con sus majestuosas columnatas. La ciudad también incorpora elementos modernos e innovadores, como el puente Chaban-Delmas y la Ciudad del Vino, cuya arquitectura contemporánea evoca un remolino líquido, reflejo de la importancia del vino en la cultura bordelesa. Por la noche, pasea por los muelles para admirar los monumentos y el «puente de piedra» iluminado. En cuanto a gastronomía, la ciudad está llena de pequeñas brasseries bordelesas y restaurantes gourmet con estrellas Michelin.